11.09.2019. — Cromointerferencia
La ruidosa ballena de matices varios (el aeropuerto) se calla sólo cuando acaban las despedidas. ¿Realmente acaban? ¿O se extienden, más allá del horizonte, donde la mirada se pierde sobre el mar? El adiós duele igual, incluso cuando se es espejo, ventana; quizás la ausencia, el desarraigo es nuestro dolor primigenio: todos somos un sauce de raíces roidas.
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